El clítoris es el único órgano humano diseñado para el placer. La mayoría de mujeres, para alcanzar el orgasmo y/o sentir placer en sus prácticas eróticas, estimulan su clítoris. El clítoris se compone de muchísimas terminaciones nerviosas. Aunque muchos aspectos de su anatomía son todavía desconocidos, se estima que puede tener más de 8.000 terminaciones nerviosas. Estamos ante un órgano muy sensible. Es por ello que las alteraciones en la sensibilidad del clítoris pueden aparecer durante la masturbación o en el encuentro erótico con una pareja.
Las alteraciones en la sensibilidad del clítoris son mucho más comunes de lo que pueda parecer. A grandes rasgos, podemos distinguir dos tipos de alteraciones:
– Hipersensibilidad: es el exceso de sensibilidad. Un roce o una caricia pueden llegar a ser molestos. Si es molesto, paramos y valoramos nuevas alternativas. Es posible que necesites una estimulación más suave, ya sea disminuyendo la presión, cambiando de juguete sexual o estimulando la zona alrededor del clítoris. Esto pueda sorprender a alguna pareja, pero no pasa nada absolutamente nada. Al igual que no todas las personas tenemos la misma sensibilidad cuando alguien nos da un pellizco, nuestra sensibilidad también puede ser diferente en el clítoris y la zona genital.
En la masturbación, puede que las personas que sufran hipersensibilidad en el clítoris sientan algunas molestias si utilizan, por ejemplo, la varita mágica de Hitachi. Este juguete es muy potente, pero quizá no es el más adecuado para ti. Puedes estimularte con los dedos y tener un mayor control de tus sensaciones. Hazlo de forma gradual, con lubricante y ojo, ¡no te creas DJ rayando un disco! No creo que eso vaya a gustarte. Si prefieres hacerlo con un juguete erótico (o combinar los dos tipos de estimulación) algunas opciones pueden ser: el Osé de Lora DiCarlo y el nuevo Soraya Wave de Lelo.
Si sentimos dolor, no seguimos. La estimulación del clítoris no puede doler. Si duele, es que algo no está bien.
– Insensibilidad: la falta de sensibilidad, en general, se debe a la ausencia de excitación. Es importante relajarse y darse permiso para el placer. También es fundamental que conectes con tus fantasías eróticas.
A veces puede ocurrir que estés utilizando un vibrador y sientas cómo tu clítoris, después de un tiempo, se adormece. Cuando esto ocurre, puedes cambiar la intensidad o parar el juguete y estimular otras zonas erógenas de tu cuerpo. Dale unos minutos a ese clítoris para que se espabile y considera también el uso de un lubricante.
Si esto te pasa de forma frecuente, mi consejo es que descubras otros juguetes eróticos. Los juguetes eróticos que estimulan tu clítoris sin tocarlo, por ejemplo, a través de pulso de aire, pueden ser una excelente alternativa.