Hay que poner fin a la vergüenza, la desinformación y el estigma relacionados con las infecciones de transmisión sexual (ITS). La incidencia de las ITS ha aumentado en los últimos años. Estos datos se pueden encontrar en el Informe epidemiológico sobre las infecciones de transmisión sexual (2018) en España. Pero también en otros estudios (Forhan et al., 2009; Hood y Freidman, 2011). Entre los jóvenes adultos, son bastante comunes.
Hablar abiertamente sobre salud sexual puede ser incómodo, especialmente porque rara vez se nos enseña a hacerlo. Sin embargo, esta conversación es ineludible con nuestra pareja (o parejas) cuando tenemos sospechas sobre una ITS o si ya conocemos el diagnóstico.
- Valora cómo lo quieres decir. Lo ideal es hablarlo cara a cara. Es importante elegir un lugar donde os podáis sentir cómodos. Si no es posible hacerlo en persona o tienes miedo de que la persona actúe de forma agresiva, opta por una videollamada.
- Inicia tú la conversación. Una buena forma de comenzar la conversación es admitiendo que, pese a que te puede dar vergüenza o miedo, te atreves a dar el paso y te atreves a ello porque te preocupas por esa persona, por su salud y bienestar. A continuación podrías preguntar sobre si conoce lo que es una ITS o si alguna vez ha tenido alguna. También podrías informar que has sido diagnosticado/a recientemente de una o que llevas varios años conviviendo con una ITS, como si fuera una enfermedad crónica.
Tu pareja o tu relación de sexo casual puede mentir sobre si tiene o ha tenido alguna vez una ITS, pero al menos tú has sido responsable y has hecho la pregunta.
- Puede que sea un momento muy tenso para ti y que te sientas vulnerable. No obstante, has actuado de forma correcta. Lo irresponsable es no decirlo.
- Da a conocer cómo estás viviendo la ITS. Muchas personas desconocen el pronóstico y los tratamientos que existen actualmente para evitar las ITS o para controlar su sintomatología. Compartir información puede aclarar algunas dudas.
- Adelántate a posibles reacciones. Habrá personas que te agradezcan la conversación y que confiesen que aquello que sienten hacia ti no ha cambiado. Si bien, otras personas pueden responder con incredulidad o negación (“No puede ser verdad” o “Esto no puede estar pasando”). Desgraciadamente, algunas personas se atreverán a juzgarte: “Pero, ¿con qué clase de gente te acuestas?” o “Eres una mala persona, seguro que no te cuidas nada…”. Habrá personas que también te rechacen: “No puedo continuar con esto si tienes una ITS” o “Esto cambia las cosas…”. Estas respuestas pueden herirte, pero recuerda: no se puede culpabilizar a nadie por tener una ITS.
Si recibes alguna respuesta negativa, puedes decidir si respondes con más información, sugerirle a la persona que está siendo prejuiciosa o evitar continuar con la conversación. No estás obligado/a a aguantar insultos o desprecios. No olvides que esas reacciones hablan de la actitud de esa persona y no de ti.