Tras finalizar una relación, a veces aparece la duda de si has tomado la decisión correcta o si, por el contrario, has alejado a alguien extraordinario de tu vida. Posiblemente, esta es una de las razones por las que se hace complicado a veces romper con alguien. Ya sabes, volver o no volver, esa es la cuestión… La pregunta martillea tu cabeza y la posibilidad de una reconciliación ocupa gran parte de tu atención.
Si miras a tu alrededor quizá encuentres posiciones muy polarizadas: quienes sí creen en las reconciliaciones y quienes, por el contrario, tiran de refranero y apuntan que segundas oportunidades nunca fueron buenas.
Al final, si lo piensas un poquito, todos conocemos a alguien a quien esa segunda oportunidad le salió bien y a alguien a quien le salió fatal… Lo que quiero decirte con esto es que no hay que plantearse una reconciliación a la ligera.
Pero antes de entrar en materia conviene recordar algo: algunos ex son ex por una buena razón. Quizá te trataron mal, te engañaron en repetidas ocasiones, te humillaron, teníais una relación tóxica, vuestras expectativas sobre la relación eran muy diferentes… En estos casos, una segunda oportunidad puede que no sea la mejor opción. Es conveniente seguir adelante y evitar el enganche (y esto incluye asimismo dejar de espiar a tu ex en redes sociales).
Volver con una persona que te hace continuamente daño y que te somete al ciclo pelea-perdón-reconciliación-pelea es muy injusto y angustiante.
¡Tu nivel de cortisol debe estar disparado ante semejante estrés! Si minimizas lo negativo de ese bucle, tienes muchas posibilidades de recaer. Eso, precisamente, no es una historia de amor. Es preferible vivir un periodo de soledad y aprendizaje antes que embarcarse en una convivencia vacía, en una relación sin cuidados ni afectos. La buena noticia es que, más tarde o más temprano, después de ese respiro, tendremos de nuevo energía para volver a ilusionarnos.
Ahora que todo está un poquito más claro, si tu relación acabó por un malentendido o no dejas de pensar en ‘lo que puedo y no fue’, quizá no sea descabellado buscar un acercamiento con un ex. Ese acercamiento no te asegura un buen resultado, pero sí ‘jugar esa última carta’ y ser honesto con tus sentimientos. Antes de tomar esa decisión, lo ideal es que te plantees algunas preguntas: ¿tu deseo de retomar la relación es por miedo a las consecuencias(soledad, perder amigos, cambiar rutinas, no tener sexo) o porque eliges desde el amor, teniendo claro que quieres compartir, mejorar algunos aspectos y avanzar hacia un nivel más de intimidad? Lo primero muestra dependencia emocional, lo segundo madurez.
Si necesitas ayuda para tomar esa decisión o fortalecer tus habilidades sociales en las relaciones, recuerda que en Eunoia Sexología podemos orientarte.