RETOMAR EL SEXO DESPUÉS DE UN ABUSO SEXUAL O VIOLACIÓN

Hoy quiero hablar de un tema que continúa siendo tabú: el sexo después de un abuso sexual o violación. Retomar las riendas de nuestra vida, incluido lo que respecta a la intimidad, es una tarea que puede ser muy difícil en el proceso de recuperación. Pese a lo vivido, habrá personas que no pierdan el interés por el sexo, al contrario, es posible que deseen recuperarlo o incluso que mantengan su habitual actividad sexual. Por otro lado, habrá personas que tras el abuso, tendrán dificultades para iniciar un encuentro erótico. Quizá la angustia que sienten por lo sucedido haya convertido el sexo en un asunto incómodo. Ante ello, es importante insistir en lo siguiente: posiblemente los consejos que voy a compartir a continuación no sean útiles para todas ellas o su utilidad va a depender de la fase de recuperación o del momento emocional en el que se encuentren.

El sexo y el abuso son dos cosas diferentes, la vida sexual y la violencia sufrida no forman parte del mismo guion.

  • Analiza el impacto que ha tenido el hecho delictivo en tu sexualidad. Si sientes asco o rechazo hacia tu cuerpo, no te fuerces a tener sexo inmediatamente. Forzarte a ello puede incrementar tu ansiedad, tus miedos o motivar conductas autodestructivas (por ejemplo, autolesiones). Establecer y cumplir un plan de autocuidado después del abuso y/o la agresión puede ser muy importante para tu recuperación. Comer bien, mantener un buen descanso y mantener y/o incorporar hábitos de vida saludable puede ayudarte en tu recuperación. 
  • Identifica y establece tus límites. Algunas prácticas eróticas o partes de tu cuerpo puede que estén excluidas en el sexo. No hay prisa. Algunos de esos límites pueden depender en estos momentos de tu estado emocional actual y por tanto, pueden variar con el tiempo.
  • Elige a una pareja erótica en la que puedas confiar. ¿Conoce esa persona tus límites? ¿Te sientes cómodo/a cuando estáis a solas? No tienes por qué hablar del abuso o de los detalles del mismo. Pero sí es importante que mantengas una comunicación abierta y honesta con tu pareja. Es básico manifestar qué necesitas, qué deseas, qué te hace sentir bien o cómodo/a en este momento. Por ejemplo, quizá quieras mantener sexo, pero no que tu pareja te acaricie cierta parte de tu cuerpo o realizar determinada práctica erótica. Si hay algo que te está dañando, que provoca un aumento de ansiedad o que despierta en ti sentimientos de culpa y vergüenza, es importante que expreses tu malestar. 

Recuerda que no estás solo/a. Para retomar tu vida sexual puedes apoyarte en un terapeuta.

  • Renuncia a las metas eróticas, pues pueden añadir más presión. No te obligues a tener sexo para demostrarte a ti mismo/a que ‘todo está superado’ o intentes prácticas de penetración cuando te duele o sufres vaginismo. Tómate tu tiempo. En el proceso de reconectar con el sexo y la intimidad no existe un cronómetro. Es fundamental que vayas redescubriendo el placer, la conexión, las sensaciones y la afectividad poco a poco. Es importante que seas tú quien marque el ritmo.
  • Asume que no siempre es un proceso lineal. En algunos momentos puede que te sientas en conflicto contigo mismo/a. Por ejemplo, algunas personas sienten que ‘fetichizan’ su violación o abuso porque disfrutan del sexo o experimentan placer erótico. El sexo y el abuso son dos cosas diferentes, la vida sexual y la violencia sufrida no forman parte del mismo guion. Que puedas disfrutar del sexo no minimiza tu dolor ni la gravedad de la agresión y/o abuso. 

Recuerda que no estás solo/a. Para retomar tu vida sexual puedes apoyarte en un terapeuta. ¿Necesitas acompañamiento psicosexual? En Eunoia Sexología podemos acompañarte a transitar este momento y a recuperar la confianza en ti, en tu cuerpo. 

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